MARIA JOSE PEREZ GUTIERREZ
nace el 18 de septiembre del año 2000, hija de Rocio y Daniel, y con una
hermana menor de 14 años y dos primos los cuales considera hermanos que
responden a los nombres de Pablo de 13 años y Diana de 6 años; actualmente María
José cursa el segundo semestre de carrera de ciencias de la comunicación, su
trayectoria académica no ha sido tan larga pues simplemente ha estado en 3 escuelas
diferentes, y de las cuales la más importante ha sido la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla donde cuso la preparatoria y actualmente su estudios de
carrera.
Su vida en general ha sido feliz, aunque como e todo hay
altas y bajas, pero específicamente puede puntuar 3 acontecimientos que marcan
su vida, puede puntuar 3 acontecimientos que en su vida dieron un cambio
drástico, un giro de 180 grados y que le enseñaron o le dejaron enseñanzas que
jamás olvidará; específicamente el primer cambio que vive en su vida es el
nacimiento de su hermana, de sus tres hermanos en realidad que por azares del
destino dos de ellos llegan a su vida, pero la primera desde un principio le
enseña a compartir tanto sus cosas como su espacio, como su cariño y los otros
dos le enseñan que a veces la vida no es justa, pero que el cariño de un niño
es algo genuino y que se haría cualquier cosa por un hermano.
El segundo acontecimiento que marca su vida de una manera
tan especifica es el fallecimiento de un ser querido, una persona cercana,
madre de aquellos dos niños que considera sus hermanos; desde la detección de la enfermedad de esta
persona, desde el momento en el que se sabe es cáncer y todo el proceso de la
enfermedad hasta el día de su fallecimiento le enseñó el valorar la vida como
la tienes, valorar la salud, valorar que realmente no importa todas las cosas
materiales que se tienen y que se cambiaría lo que fuera por tener a esa
persona con vida.
Y por último y el acontecimiento más reciente qué se le
puede marcar es el fallecimiento de su abuelo, un tema delicado que incluso es
bastante reciente y que le enseñó que lo que sea que se quiera decir o hacer,
que sea en vida y que se deje atrás el orgullo, a veces la familia puede ser
difícil pero eso no tiene porque impedir que se demuestre el cariño, pues después
no importa ya que en el momento en el que esa persona no vuelve abrir los ojos
no importa cuántas lágrimas se derramen, pues todo lo que se pudo hacer en vida
no se hizo y es algo con lo que aún batalla que aún le duele pero que se espera
que con el tiempo no se supere simplemente se acepte y se aprenda a vivir con
ello.
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